El Grito

Durante la ceremonia el ataúd estaba abierto y Toni podía escuchar los comentarios de recuerdo que le hacían sus familiares y amigos.

No tenía ni idea de que algunos le apreciaran tanto como para inventarse anécdotas muy favorables a su persona. De cualquier modo las apreciaba y agradecía.

Cuando su jefe comentó lo admirable que era como persona y su eficiencia como trabajador, brotó un grito de su garganta ¡”gilipollas, que te den…”! pero el sonido se ahogó en silencio.

El colmo de los colmos fue escuchar a su exmujer, ensalzando su extrema generosidad durante la ruptura y separación, que le dejó con la cuenta tiritando y vinculado a prestamos que a duras penas podía pagar….

Otra vez gritaba, con todas sus fuerzas ¡“mentirosa, cabrona,… ”!. Incluso se incorporó en el ataúd. Dejó de insultarla al ver todas las miradas de los presentes clavadas en su cara reflejando las de las otras descompuestas.

Repentina y afortunadamente había salido del estado catatónico en el que había caído dos días atrás.

Hoy sentado en el banco de la iglesia escuchaba al sacerdote recordando a su tía y a la vecina del segundo que no pudieron resistir la impresión de su resurrección.

En breves minutos tendría que salir a decir unas palabritas…...Y.... ¿Qué decir?..¿Cómo comenzar?....Estaba seguro que no le saldría la voz del cuerpo.