
Desde niña empezó a hacer lo contrario de lo que decía y sentía: si estaba triste reía, si contenta lloraba, decidía ir al este y tomaba el oeste.....
Cuando le pidieron casarse, aceptó y contrató un abogado para iniciar los trámites de divorcio. Hoy ha visto unos zapatos de tacón, que le gritaban: ¡ No me mires, no me tomes, no me calces..!. Cuando se los puso le apeteció pasear por el malecón y sentir la brisa marina, así que se dirigió a la montaña.
¡Pero ellos la llevaron a la playa!.
Curioso y encantador.
ResponderEliminarEnhorabuena.
;)
Gracias Lolita.Muy amable
ResponderEliminarNada mejor que unos zapatos de tacón para elegir el destino aunque existan zapatofonias que no deban ser tenidas en cuenta.
ResponderEliminarGracias Héctor por regalarme la palabra zapatofonias. Muy interesante.
ResponderEliminarSaludos
hala, me gustas mucho más de negro!!!
ResponderEliminarte queda de puta madre.
beso
Ella debe hacer caso siempre a esos zapatos, que demuestran sensatez y sobre todo.. sabiduría.
ResponderEliminarBesos Gracia, guapa.