
Desde niña empezó a hacer lo contrario de lo que decía y sentía: si estaba triste reía, si contenta lloraba, decidía ir al este y tomaba el oeste.....
Cuando le pidieron casarse, aceptó y contrató un abogado para iniciar los trámites de divorcio. Hoy ha visto unos zapatos de tacón, que le gritaban: ¡ No me mires, no me tomes, no me calces..!. Cuando se los puso le apeteció pasear por el malecón y sentir la brisa marina, así que se dirigió a la montaña.
¡Pero ellos la llevaron a la playa!.