26.8.08

La playa



El atardecer ya muy avanzado en esa playa de aguas intensamente azules, se adentraba en la noche. La brisa marina, el olor a sal, el licor.....La música empezó a sonar suavemente, cadenciosa. Me cogió de la mano invitandome a bailar. Brazos estirados, entrecruzandose el suyo con el mío, piernas flexionadas zigzagueando a derecha e izquierda. Lento, dejandose llevar, saboreando cada paso, el sónido especial de ese instrumento. Rápido, más rápido, más...envueltos en un remolino de pies.
Siempre me despierto antes de que me abrace mi querido Zorba.

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